Las técnicas de
relajación consisten en ejercitar una respiración profunda que aumente la
capacidad pulmonar y mejore la ventilación y la oxigenación. Esto proporciona
sensación de calma y tranquilidad. Por ello, las técnicas de relajación nos
permiten controlar algunos síntomas de abstinencia y distraer el pensamiento
cuando aparecen deseos de fumar. Conviene practicarlas y entrenarse con
anterioridad a las situaciones de riesgo para obtener mejores resultados.
Posiciones
para la relajación:
Tumbado
boca arriba con las rodillas dobladas y las manos en el abdomen.
Sentado
con la región lumbar apoyada en el respaldo del asiento, la
espalda vertical y las piernas relajadas con el talón en línea con la rodilla.
De
pié, caminando, etc.
Existen varios
tipos de respiración, pero para la relajación le recomendamos la respiración diafragmática:
1.
Coloque su mano sobre el vientre.
2. Tome aire lentamente por la nariz,
intentando llevar el aire a la base de los pulmones. El músculo diafragma baja
y empuja el vientre hacia fuera, elevando nuestra mano.
3.
Mantenga el aire en los pulmones.
4.
Expúlselo soplando lentamente por la
boca. El vientre irá descendiendo.
5. Expulse todo el aire que pueda
hundiendo el vientre con una contracción ligera de sus músculos.
Controle
el tiempo de cada fase: mantenga el aire el mismo tiempo que duró la
inspiración y expúlselo en el doble de tiempo, por ejemplo: 5 segundos tomando
aire, 5 segundos manteniéndolo y 10 segundos expulsándolo.
Se recomienda
realizar los ejercicios al menos tres veces al día, durante dos minutos en cada
ocasión ya que cuanto más se practica, mejor se realiza y mejores resultados
aporta.
ADEMÁS:
Para
ayudar a relajarse puede apuntarse a clases de yoga o pilates si lo desea.
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