Se sitúan en este
estadio aquellas personas que no manifiestan deseo de cambiar de conducta a
corto plazo, es decir, en los seis meses siguientes.
Además, no creen
tener un problema de adicción igual al que otros adictos. Es común que las
personas que le rodean observen con más claridad el comportamiento adictivo, lo
que les lleva muchas veces a tratar de convencerles para que abandonen su
conducta adictiva.
Objetivo
En esta fase se
pretende que el fumador se haga consciente de su adicción y, de esta manera, promover
un cambio de actitud para que asuma el abandono del consumo como una
posibilidad deseable.
Actuación
El consejo debe ser
breve, unos 3 minutos.
Lo primero es dar
un consejo de abandono claro y conciso, realizado en un ambiente cordial
y de respeto, sin amenazas ni órdenes. El terapeuta ha de ser paciente y
comprensivo con los sujetos que se encuentran en esta fase, sin tratar de
forzar los cambios.
Además,
es importante proporcionar información sobre los riesgos del consumo de tabaco
sobre su salud y la de quienes le rodean, haciendo énfasis en los beneficios
del abandono del consumo, a corto, medio y largo plazo, proporcionarán en una
mejor calidad de vida.
Para esto, se han
desarrollado dos hojas informativas para los pacientes, en las que se recoge
toda la información.
Así mismo, en esta
fase también se adjuntan otras hojas informativas. En una de ellas se trata
sobre los mitos que rodean al tabaco. En la siguiente se proporciona una lista
de libros y películas en las que pueden ampliar su información sobre el tabaco.
La repetición de
esta intervención se debe realizar, al
menos, cada dos años,
aprovechando cualquier situación clínica para su realización. Se ha demostrado
que de cada cincuenta pacientes que reciben consejo de abandono tabáquico, 1
deja de fumar. La eficacia de este aviso radica en que cuando el sujeto lo
recibe, le animamos a que realice más intentos. Y cuantos más intentos realice,
más posibilidades tendrá para dejar de fumar.
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