En el proceso de
mantenerse sin fumar puede pasar por distintos estados de ánimo: desde la
euforia por mantenerse sin fumar y las mejoras que va experimentando, hasta la
sensación de que ha perdido algo de su vida. Algunas de estas situaciones van a
suponer un riesgo de recaída, por lo que si se logran identificar antes de que
sucedan y se buscan alternativas no le cogerán por sorpresa y estará mejor
preparado para reaccionar ante ellas.
Muchos
fumadores que han intentado dejar el tabaco han sufrido una recaída. Esta es
más frecuente en los primeros días debido al síndrome de abstinencia a la
nicotina. Sin embargo, no todas se producen en los primeros días, muchas se
pueden producir meses o incluso años después de empezar la deshabituación
tabáquica y son por motivos totalmente distintos. En estos casos, la causa de
la recaída se debe al aprendizaje, ya que desde que comenzamos a fumar, nuestro
cerebro asocia el cigarrillo a ciertos actos como, por ejemplo, acabar de
comer. Estas situaciones nos pueden servir de estímulo. Además, si se acompaña
de situaciones en las que nos es fácil el acceso a un cigarro (como, por
ejemplo, encontrarnos con personas que están fumando), o nos encontramos con la
“guardia bajada”, nos será más difícil resistir la tentación de fumar.
Debido a esto,
debemos ser conscientes de las situaciones de riesgo, que un solo cigarrillo
nos puede provocar una recaída y no bajar la guardia en ningún momento.
A
continuación le dejamos algunos consejos
para prevenir recaídas:
Ø Piense
en la situaciones de riesgo, en cómo reaccionaría, e imagínese a sí mismo
poniendo en práctica las alternativas previstas.
Ø Valore
con orgullo el estar superando una adicción, presuma de
ello. Felicítese.
Ø Recuerde
sus motivos para dejar de fumar y repase los beneficios
obtenidos
Ø Recuerde
que no debe fumar ni una calada. Llegado el caso no se desanime, no ha
fracasado, siga adelante: Usted no quiere volver a fumar.
Ø Si
le aparecen unas ganas intensas de fumar espere
unos minutos, cambie de situación, tome un sustituto del tabaco, haga algún
ejercicio de relajación…
Ø No
haga caso de las fantasías de control: “Por un
cigarrillo no pasa nada”, “Sólo unas caladas”, “Sólo en algunos momentos
especiales”, “Yo controlo”.
Algunas señales de
alerta ante una recaída:
Ø Pensamientos
repetitivos con respecto al consumo de tabaco, como sueños en los que fuma o
desea volver a fumar.
Ø Una
actitud de desafío con respecto al programa de deshabituación.
Ø Descuido
en el plan de tratamiento, dejando de realizar las tareas pautadas, no acudir a
las consultas programadas…
Ø Sentimientos
de frustración y/o impaciencia porque el deseo y la necesidad de fumar no
desaparece tan rápidamente como quisiera.
Ø Irritabilidad
y enfado sin causa aparente.
Ø Obsesión
con las consecuencias derivadas del tratamiento, como la ganancia de peso.
Ø Insomnio,
intranquilidad y dificultad para descansar.
¡ÁNIMO, PUEDE CONSEGUIRLO! Y si vuelve a fumar… ¡NO TIRE
LA TOALLA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario